
Todo llega y se va.
Menos el presente, que sigue ardiendo.
El tiempo es como una moneda
que no para de dar vueltas.
Es el peor de los enemigos,
es el más temible.
Puedes derrotarle en cien batallas,
pero es él quien cambia la última.
La Isla del País de Nunca Jamás,
debe quedarse donde está.
En nuestros primeros pasos, en los cuentos y en los sueños.
En los lugares señalados en el mapa de la mente.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel sueño,
tanto, que no recuerdo como ha sido eso de crecer.
Siempre he tenido la impresión de que todo terminó,
en aquel instante en el que comprendí que me había hecho mayor,
el mismo día que vi todo a la altura de mis ojos.
Aceptar el pasado, es olvidar los fracasos y aprender de ellos.
Vivir el presente, es derrotar los miedos, las cargas.
Recordar a nuestros antepasados es convertirnos en supervivientes.
El tiempo es como una moneda que no para de dar vueltas,
tú eliges
¿cara o cruz?
Autora
Cristina Ariza Rosado